viernes, 31 de octubre de 2014

El Arcano.




La doctora Carlota era una medico naturista que tenia su consulta privada en una tienda de alimentos naturales y ecológicos. Fue durante más de 15 años la medico de toda mi familia. Era una chica de unos 40 años, que más o menos tendría en aquel momento... alta, muy guapa y tremendamente gorda. Yo tendría unos 22 años y unos niveles de testosterona poco comunes.

Llevaba tiempo masturbándome pensando en ella y un día decidí llamarla y pedirle hora para la consulta....No me hizo falta pensar mucho y encontré una buena razón para visitarla.



Llegó el día y yo estaba como un flan...entré, y después de charlar un rato le dije que tenia un problemilla, pero que me daba vergüenza...que había estado jugando con un objeto de madera que tenia mi madre en la cocina y me había hecho daño metiéndomelo por el culo. “Bueno hombre, seguro que no es nada, bájate los pantalones y los calzoncillos y pon las manos sobre la camilla”...Se puso un guante y comenzó la inspección, con mucha delicadeza se abrió paso para observar si había daños externos, luego me dijo “aparta con tus manos las nalgas” y tras untarse de crema, introdujo su dedo dentro....”relájate que si no es peor”...y le hice caso...abrí un poco más mis piernas y le “ofrecí” mi culo. Parecía que no encontraba nada por que estuvo un rato asegurándose de que todo estaba bien. “Pues querido, no puede ser grave por que no te encuentro nada, tal vez sea un pequeño rasguño sin importancia”. Me vestí y despidiéndome con una mirada a sus temas, me marché..... No había hecho 5 kilómetros con el coche cuando paré a masturbarme.



Tras varias semanas e innumerables pajas pensando en mi doctora, volví a llamarla para pedirle cita.



Unos días después estaba de nuevo en su consulta: “¿Que tal, como va tu trasero?” “muy bien, gracias, ya no tengo molestias”. “Cuéntame entonces, que te ocurre?”. Ya no recuerdo las vueltas que dio aquella conversación, yo llevaba en mi cabeza dos cosas que quería decirle....”y que me preocupaban tanto que estaba desesperado”. Una era que tenia problemas para penetrar a las chicas, que a veces me era imposible conseguir que entrara, y la otra....pensé “espero que lo entienda por que no se otra forma de insinuarme”....que me gustan las mujeres mucho mayores que yo.....es lo que se me ocurrió y así se lo solté. Su análisis y explicaciones no tenían desperdicio, me explicó como debía lamer la zona de la vagina, no directamente, si no suavemente y haciendo círculos alrededor del clítoris y labios, “así la chica se relajará y estará más receptiva a la penetración”, dijo. Los detalles con los que me lo contó fueron tan generosos que yo no sabía si era solo yo el que estaba cachondo perdido o la cosa había trascendido y esa forma de contarlo era su propio calentón...en cualquier caso, yo fui cauto y ella también. Pagué y salí corriendo a masturbarme al coche....



Aquella semana cada paja pensando en ella me parecía poca cosa, así que tanta excitación hizo fácil decidir volver a llamarla. Prácticamente según empezamos a hablar me dijo “¿por que no vienes a ver mi nueva casa?”. Dicho y hecho, aquella tarde me presente en su nueva casa, tenia dos hijas de unos 20 años, pero no estaban. Yo estaba nervioso y en mi cabeza no estaba hacer nada que ella no hiciera o dijera con toda claridad, pensaba “si meto la pata y ella no quiere, mis padres flipan en colores”. Yo estaría nervioso pero ella desde luego que no. Me invitó a sentarme en su sofá y rápida y tranquilamente me dijo, “voy a medirte el pene y consultaré a un amigo”, me quedé inmóvil sin saber bien que hacer, “¿esto que significa?, de momento obedecer”, pensé yo.... hasta que me dijo “ale, ale, bájate el pantalón”. Sentado, me bajé la ropa mientras ella estiraba la mano para coger un centímetro, de esos de costurera, se giró y con dos dedos comenzó a bajar la piel que cubría mi glande, “¿me está masturbando o de verdad es una inspección medica?”, seguía pensando yo atónito. La situación era rocambolescamente excitante y mi polla tardó 10 segundos en tomar su máxima expresión....ella continuaba moviendo la piel de mi polla, con dos dedos, suavemente y muy despacio. Cuando lo creyó oportuno comenzó a tomar medidas de mi polla con el centímetro y anoto en una hoja sus conclusiones. Entonces me dijo;”¿quieres besarme las tetas?...creo que no llegué a contestar y ella ya estaba bajándose el vestido, dejando sus tetas al aire...Eran grandes, muy muy grandes, y para mi sorpresa muy bonitas. Me acerque a ella para besarlas, pero ella primero corrigió mi posición diciéndome, “túmbate y pon tu cabeza aquí” señalándose las tetas. Me coloqué como me pidió y comencé a besarlas, pero había una nueva corrección...”primero lame alrededor”. Después de un buen rato comiéndome las tetas más grandes que jamás me he comido, me llevo a su cama y me pidió que le hiciese lo mismo en el coño, “como has hecho antes”. Ella sabía que estaba en sus manos, era un chico muy obediente y no me salía del guión que ella establecía ni por un momento. Le comí el coño hasta que se corrió....Luego “me enseño a follar”.



Durante varias semanas nos estuvimos viendo donde ella me citaba...su casa, la consulta, en un hotel....Recibí instrucción casi a diario sobre las diferentes formas de excitar a una mujer y aprendí a distinguir cuando un coño estaba deseando ser penetrado.

En una de mis visitas la casa no estaba vacía... conocí a su marido y a su preciosa hija mayor, con la que follé en varias ocasiones, alguna de ellas, tan solo un rato después de salir de entre las piernas de su madre.

FIN



P.D. La hija no tenia nada que ver con la madre....estaba buenísima, pero era como un tiesto....no se movía ni antes, ni durante, ni después de acabar, así que creo que me la follaba por el morbo que me daba la situación.

El Arcano.

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